El instinto natural de un perro es buscar un lugar cómodo, tranquilo y seguro cuando el ambiente que lo rodea es demasiado ruidoso. El papel de la jaula es precisamente eso. Le dará una sensación de seguridad y un espacio que sólo le pertenece a él. Una vez que su perro se acostumbre a la jaula, siempre podrá ayudarlo a calmar su ansiedad y miedo.
Elegir la jaula adecuada
La clave es elegir la jaula adecuada para tu perro. Algunos perros prefieren dormir en la oscuridad y para ellos un jaula de plastico que cubrían las paredes. Para otros perros, son adecuadas las jaulas metálicas plegables. Puedes poner e inclusouna manta o toalla en la jaula para mantener cómodo a su perro.
Creando una relación positiva entre perro y jaula.
Lleva al perro a la jaula y háblale en tono alegre. Asegúrate de que la puerta de la jaula esté abierta y segura para que no golpee al perro y lo asuste. Anime a su perro a entrar en la jaula dejando algunas golosinas pequeñas cerca de él. así que sigue jugando premio cerca de la puerta y finalmente hacia el interior de la jaula. Si se niega a entrar al principio, está bien, no lo obligues a entrar.
Inténtalo de nuevo con el intervalo de tiempo hasta que el perro entre tranquilamente. Si no le interesan las golosinas, intente arrojarle su juguete favorito a su jaula. Este paso puede tardar unos minutos o incluso unos días.
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Alimentando al perro en la jaula.
Una vez que su perro esté familiarizado con la jaula, comience a alimentarlo cerca de ella. Esto creará una buena asociación con la jaula. Cuando el perro esté dispuesto a entrar en la jaula, coloque un tazón de comida o uno juguete interactivo lleno de dulces al final de la jaula. Si todavía se resiste a entrar, coloca el cuenco más cerca de la abertura para que pueda acercarse voluntariamente sin miedo ni nerviosismo. Sin embargo, con cada comida, intenta colocar el recipiente hacia el final de la jaula.
Una vez que su perro se sienta cómodo sentado en la jaula, puede cerrar la puerta mientras lo alimenta. La primera vez que hagas esto, ábrelo tan pronto como termines de comer. Con cada alimentación posterior, deje la puerta cerrada unos minutos más hasta que el perro permanezca en la jaula durante unos 10 minutos después de comer.
tiempo de entrenamiento en jaula
Es mejor entrenar a un perro para que entre en la jaula gradualmente, en pequeños pasos. Esté preparado porque el perro necesitará hasta 6 meses para acostumbrarse a la jaula. Primero, siéntate tranquilamente cerca de la jaula durante cinco a diez minutos y luego ve a otra habitación durante unos minutos. Vuelve, siéntate tranquilamente de nuevo durante un rato y luego suelta al perro.
Repite este proceso varias veces al día, aumentando gradualmente el tiempo que el perro pasa solo en la jaula. Una vez que tu perro se haya sentado tranquilamente en la jaula durante unos 30 minutos sin verte la mayor parte del tiempo, puedes comenzar a dejarlo entrar en la jaula por períodos cortos de tiempo. Por ejemplo, cuando estás fuera o lo dejas dormir por la noche.
Sea consciente del tiempo que pasa en la jaula
Su perro también necesita tiempo fuera de la jaula para jugar, alimentarse y hacer ejercicio. No dejes a tu perro en la jaula por mucho tiempo. Un perro que está enjaulado todo el día y toda la noche no hace suficiente ejercicio ni interacción humana. Como resultado, puede deprimirse o sentirse ansioso.
Los cachorros menores de 6 meses no deben permanecer en la jaula más de 3 o 4 horas seguidas. No pueden controlar la vejiga y los intestinos durante un período de tiempo tan largo. Lo mismo ocurre con los perros adultos. Un perro no quiere ensuciar el lugar donde duerme, pero esto puede suceder si lo dejas en su jaula sin caminar durante mucho tiempo. Enseñe a los niños y a los visitantes a dejar al perro solo en la jaula.
Evita que la salida de casa se convierta en una experiencia demasiado sentimental. Halague a su perro por su buen comportamiento al entrar en la jaula, recompénselo y salga sin decir nada. Cuando vuelva a casa, ignore a su perro si este tiene un comportamiento entusiasta, evitando recompensarlo con entusiasmo. Cuando llegue, es mejor mantenerse en silencio para no aumentar la ansiedad sobre su regreso. Una vez en casa, sigue poniendo a tu perro en la jaula cuando esté descansando para que no relacione estar en la jaula con estar solo.
A pesar de que las jaulas pueden ser útiles para controlar el comportamiento, no deben utilizarse como forma de castigo.
Por ejemplo, si tienes invitados y quieres evitar tener que improvisar o pedir comida. Es recomendable poner al perro en una jaula con un juguete interactivo desde el principio, en lugar de esperar a que se comporte mal para luego encerrarlo en la jaula.